¿Quién es la que me acompaña
¡y me engaña!
hasta tres veces al día?
es a esa ama que imploro
¡pido y lloro
que de mi penar no ría!
Y aunque no pierda esperanza,
¡qué tardanza!
y aunque seas traicionera,
solícito como un niño,
tu cariño
del que tu nobleza espera.
¿Cómo se llama esa cosa
¡la glucosa!
que perjudica mi vida?
¿Ante quién temblando quedo?
¡es mi dedo
que se queja por la herida!
¿Y qué hacer con la diabetes?
pues te metes
pastillas o algo aun peor,
pinchazos y más pinchados
¡qué coñazos!
para agravar su dolor.
¿Y por qué a mi la manduca
¡azucar!
se transforma en vil veneno?
me condena a mal vivir
y a morir
si los hidratos no quemo.
Yo aquí le niego el permiso
¡sin preaviso!
por serme tan traicionero.
Vea, le tengo rencor
¡y es pavor
y asi su amistad no quiero!.
copyright Donaciano Bueno Diez