Mientras tú me necesites,
y entre tus sueños yo esté,
a tu lado yo estaré
mientras tú mi nombre grites.
Mientras tú sientas amor,
y mi corazón palpite,
no habrá quién nos marchite
del jardín ninguna flor.
Mientras yo por ti suspire,
mientras sientas mi calor
nunca será el cruel dolor
el que mis versos inspire.
No te asombre vida mía,
que cuando tu aire respire,
yo me pierda, y yo delire,
o como un loco sonría.
Porque tú eres el motivo
eres toda mi alegría,
porque tú haces cada día,
que yo sienta que estoy vivo.
Mas si llegas a sentir
que a tu amor le soy esquivo,
que por ti no me desvivo,
no te quedes a sufrir.
Vete lejos por tu bien,
vete lejos a vivir,
ve a soñar vuelve a reír,
ama y olvida también.
Olvida tú, que yo aquí
esperaré en el andén
aquel venturoso tren,
mientras me acuerdo de ti.
Pero, si algún día yo,
te siento lejos de mí,
me iré también así
pues la ilusión terminó.
Te diré que estoy seguro,
de que cuando alguien amó,
nunca se marchitó,
por un cariño perjuro.
Así miraré como vuela
cual ave en el viento puro
aquel sentimiento oscuro
que por otro se desvela.
Yo que no busco fama
a lumbre de una vela
escribiré hasta que duela
la mano que tocó tu flama.
Y le llamaré ilusión
a lo que amor tú le llamas
porque es distinto, cuando amas,
entregas el corazón.
Es así mi bella dama,
que tú tendrás la razón,
buscándome en cada rincón
al dormir en otra cama.
Te parecerá loco,
meter la mano en la llama,
y te parecerá un drama
como al futuro yo evoco
Pero no quiero asustarte,
nï engañarte tampoco,
lo que quiero es poco a poco,
mi parecer contarte.
De que el amor permanece,
que el amor es un arte,
que nuestro Dios nos comparte
porque solo en el florece.
Que la ilusión nos engaña
tanto que amor nos parece,
mas su encanto palidece
porque no es trigo, es cizaña.
Nuestro corazón envuelve
en su fina telaraña,
que lo aprisiona y lo daña,
porque de piedra lo vuelve.
Solo quiero que mañana,
si lo nuestro se disuelve,
recuerdes que nada resuelve,
la venganza tirana.
Mantén tu corazón fuerte,
y cuida que a tu mente sana,
no haga su veneno vana,
ni te fíes de la suerte.
Tú, fíate del Señor,
y no esperes la muerte
sin no han llegado a quererte
la vida no es un error.
Donde un corazón palpite,
y donde se sienta amor,
del jardín ninguna flor.
veras que se marchite.