De tus ojos, ¡la mirada!,
llena de luz tu entorno,
brindando a tu faz el adorno
plena, radiante, iluminada.
Abanican tus pestañas
tu silueta ovalada,
que al sonreir enamorada
mi flujo sanguíneo restañas
El carmesí de tu boca
adornan perlas brillantes,
tan blancas como diamantes
que acariciarte provoca.
Es tu mirada profunda
laguna de coral encendido
misterio total escondido
que en parpadeo redunda.
Viéndote fijo... a veces
absorto pienso criatura,
que elegante figura
¡inmortalizarte mereces!.-
Por: Alejandro O. de León Soto
Tijuana, BCN, MEXICO., Mayo 21/14