Tengo mil razones
para desear tu cuerpo,
tu actitud que en las
noches me invade,
el paisaje de tu boca
que sobrevive a mí,
el decir indeciso de tus manos,
que si me tocas cayendo,
que si me miras de lejos
vibrándome en pedazos,
que si me conoces entonces
tu amor de golpe,
rodando a mis pies,
borrando mis palabras,
tengo mil razones
para entregarte el alma,
la mitad de la luna me dice que si.
Tengo cien razones
para dar vueltas a tu corazón,
tu mirada que no se detiene
y parece tocarme a todas horas,
tus ojos abiertos al viento,
tu voz poblada de ecos,
cruzándome, enredándome,
tu historia que contarme quieres
al tiempo de un viejo árbol,
el amor que una vez en ti
fue soledad y silencio,
tus sueños acorralados y callados
entre la angustia y el olvido,
esos gritos que no pudieron liberarte
y quedaron en ti como gotas,
aún temblando,
aún sedientos,
tengo cien razones
para que existas en mis momentos,
la lluvia se desviste de lluvia
cuando me nombras y no huyes,
y me extrañas por tus ojos y me respondes.
Tengo diez razones
para que te acostumbres a mí,
mis caricias que quieren hacer contigo
lo que me gusta cuando te imagino,
mis besos como yo los quiero,
de infinitos sueños de tus dulces labios,
y yo pensando que tú,
que sólo tú,
que algún día amanecerás a mi lado,
que tu figura danzará a mi figura,
que me dirás TE AMO,
que me amarás con la embriaguez de las olas,
como YO TE AMO,
tengo diez razones
para que te quedes,
los versos llegan cuando te siento
como el pasto al rocío,
eres cada poema que escribo,
como tú me deseas,
donde tú me quieres.
Tengo dos razones
para que tú me oigas,
eres culpable de ocupar todo en mí,
porque todo tú lo ocupas,
soy el paralelo de tu costado cuerpo,
estoy infinitamente pegado a ti,
tú y yo,
dos frente a frente,
somos este tiempo y otro más,
este y otro más y así,
sin medida,
tengo dos razones
para pausar mi sangre,
nos pertenecemos,
somos un amor más allá del amor.
T de S
MRGC
Namaste