- ACIDO -
Pende el hilo del tiempo
(¿te das cuenta cómo gravita el humo
de mi cigarrillo en el tubo de la lámpara?)
sobre el escenario carnoso,
nos hacemos daño
de tanto apretarnos
para no perder la comba.
Nos reímos para oscurecer
lo que resta del camino del humo.
Una ola pasa y nos asegura,
quedan horas todavía.
Y, empero, el sol se larga:
una fina columna de deseos
se filtra por el ennegrecido
cardenal del ocaso.
Hondamente, lo creemos.
Kabalcanty.copyright©
Fotografía: Arina Sergei