Si el soñar es infinito
pero es algo inalcanzable
yo lo prefiero lejano,
inmensamente lejano.
Si el silencio envuelve todo
hasta colarse en mis venas
yo lo prefiero distante,
inmensamente distante.
Pues prefiero no soñar,
antes que morir soñando
ni silenciar mis pesares
por no poder expresarlos.
Prefiero entonces vivir
despierto y sin apariencias
hundiendome en la espesura
de esta, mi propia existencia.