Cayo la noche en el
Jardín de nuestra casa,
Surgiendo un lamento
Que traspaza a mí
Corazón como una lanza.
Desde que tú no estás,
La noche me ha convertido
En una flor sin luz ni calor,
En una hoja seca, cuan viento
Asecha y la lleva donde quiera.
La noche, pálida y silenciosa,
Me llena de recuerdos que me
Dan angustia y sufrimiento,
Quisiera arrancarme el corazón
Y dejarlo olvidado en algún rincón.
Cierro mis ojos y te siento cerca,
Pero la noche aun sigue latente
En mi; alzo mis manos al cielo
Para no pensar que te perdí.
La noche pálida y silenciosa,
Me tiene atada a tu amor y a la
Espera de un nuevo amanecer.