Guillermo Osorio

LOS DOS HEREDAMOS UNA MENTIRA


Quien hubiera dicho que has inventado un escote,

que has perfeccionado el arte de engañar,

y para que en una despedida el amor no se agote,

jugabas a Cupido en la esquina de un bar.

 

Y eras partidaria de huir si había necesidad,

de no creerse la historia del príncipe azul de los noventa,

pero creo que una noche fue tanta la casualidad,

que te enamoraste de alguien sin darte cuenta.

 

Tú; que te jactabas de que el amor era de mediocres,

de que jugabas a Cupido para burlarte de los demás,

mírate ahora; en el espejo con tus penas color ocre

e intentando que febrero no te visite mas.

 

Miente si quieres al cruzar la frontera,

miente si quieres al disfrazarte en carnaval,

pero lo cierto es que yo no soy cualquiera

sino aquel a quien besabas como una profesional.

   

Cuando te canses de buscar en dirección prohibida,

el olvido no tiene cura como el sexo en un motel,

y si pretendes olvidar solo finge una despedida,

para que el corazón entienda el desenlace cruel.

 

¿Cómo hacer para no enamorase de lo que es indebido,

de lo que nunca debió suceder debajo de una falda?

las caricias y los besos pueden ser divertidos,

quien le quita los pecados a una fatal espalda.

 

Y no me preocupo por ti ni siquiera por mí,

hay que aceptar cada día como una derrota

porque mañana ya nunca estaremos aquí,

somos una esperanza que siempre estuvo rota.

 

Los dos heredamos esa mentira de querernos tanto,

esa necesidad maldita de amores eternos y promesas,

antes de jurarme habrás amado a unos cuantos,

antes de ser la única habré matado otras princesas.

 

Que me vas a decir después de que el último tren

no paro en la estación a recoger las maletas,

al amor le suele suceder lo mismo también,

cuando se aferra a las ideologías de los poetas.

 

Lo único que resta es decir que aún te quiero,

en uno de esos sueños que jamás recuerdo que son,

y si de por ahí te visita el mes de febrero,

dile que el corazón lo entregaste en adopción.

 

¿Cómo hacer para secuestrar la palabra soledad,

de que sirven las balas si al olvido no pueden matar?

las caricias y los besos más de una vez dan felicidad,

pero a quien culpas de la urgencia traicionera de amar.

 

Las Mercedes, 10 de julio 2012