Mis ensueños
nacen en los silencios
navegan en lo impuro
en aquello que jamás
volvio a emerger sin sentir los precipicios
hice de los relojes
un pedazo de cielo aniquilado
y emprendí un viaje
de océanos sin mapas ni barcos
cada línea de mis manos
alcanzaron los destinos
de sus memorias prófugas
que hicieron de mi cuerpo
un rehén del vacío sin gloria
desvanecí en los muros
y me apodere de los espejismos
que brillaron en mis huesos
deseando por fin respirar
en un jardín eterno.