wilmer Céspedes Velasquez (wilceve)

Déjame

Anda, ven a mí, que de tu bajo estado anímico,

puedo hacer una montaña de versos, abrazos de canciones y risas por montones

Solo déjame maniobrar y disfrutar de la extinción de tu inservible y continuo lamento,

de tus oleadas de angustia y basta confusión,

de los soles a veces grises.

Ven a mí, y déjame,

Déjame resaltar con alegres versos el brillo de tus bellos ojos

y tus a veces coloradas mejillas.

Déjame hacer de tus tristes palabras, alegres canciones

y de tus lágrimas de angustia, sonrisas por montones.

Anda, Déjame,