Buscaba en la certeza, en la lógica,
en medio de la noche, a mitad del bosque infantil,
en la cerveza amiga de la guitarra, en la boca idealista,
en los labios calientes, en cerezas y cholotes,
en las manos hábiles y osadas,
en fantasías odiosas llenas de poesía,
en oraciones tediosas espantadas de muertes y tortura,
en cafeteras trasnochadas con ensaladas de apio,
entre humores rancios y alcohólicos,
en hospitales piadosos camareros de la muerte,
en sonrisas y miradas ocasionales, con ojos rojos y blancos,
entre piernas abiertas y gritos silentes.
Y todo esto mientras era yo el que digitaba.