Te olvido de a ratos,
de a pedazos,
todos los días
te olvido un poco,
la mano izquierda
una lágrima
alguna palabra.
Me siento a olvidarte
-sin falta-
de lunes a sábado
de cinco a siete,
todas las tardes
de mi vida
y de mi sombra
me dedico a olvidarte.
Te olvido de perfil
callado, sonriente,
llegando o partiendo.
Te olvido las noches
las poesías
la plaza aquella
los hijos que no tuvimos
-nos olvido a todos-.
Resto las promesas
los silencios
los nombres inclinados,
descarto los labios en beso
-tu pecho-
nuestros ojos
la sangre mutua
hasta la muerte a tu lado
descarto.
Los domingos
adelanto trabajo
y te olvido el día entero.
Desde que eres un hombre casi
olvidado
-confieso-
yo soy una boca a medias.