He regresado a casa
Con muchos lustros a cuesta
Y el corazón hendido.
Oh,
cuantas muestras de cariño,
tantos abrazos
sanadores.
Turbado por tanto amor
no hallé que decir
Pues todavía me pregunto
Porqué tuve que partir.
No pregunten dónde estaba;
se quiebra mi voz
y hay lagunas en mi memoria.
Cuantos veranos surcaron la piel,
cuantos otoños la sien.
El sol declina marcando su línea
caprichosa.
Nunca más los cuentos de papá, en noches de luna llena.
No más agua de la tinaja
La mata de mango se marchitó en la espera.
Nunca más el brillo en sus ojos al escuchar mis pueriles rimas.
El toldo esta rasgado, entra la plaga.
Las mantas también están rotas.
Es la creciente que trae la plaga.
Esos horribles granos en la piel.
¡Ahora recuerdo!, este viaje no ha sido fácil.
Aunque las sabanas están limpias
hay debajo una mugre rebelde.
Y en las noches danzan
mil visiones sobre mi cama, sudo copiosamente.
No puedo dormir.
Hoy he orado después de mucho tiempo.
Al pronunciar el nombre de Jesús
la he visto, sus tibias manos
acariciaron mi cabeza; dormí.
por: matteo 25/05/2014