Dirtsa

En lo profundo de su guarida, llora…

 

Sola en el bosque, se escucha mi grito desesperante,  
sombrío y preocupante;
que resuena en la oscuridad de la noche. La luna ya oscurecida en el cielo del invierno, y más allá, en el borde del bosque el gran lobo canta su dolor en un gran aullido torturador.

Vuelve asomarse la luna llena, y en su reflejo logro ver lamiendo su herida ensangrentada;  y en silencio solo se escucha el grito de la noche que yace oscura. Noche en que la luna se torna de negro, y el sueño no me deja descansar.

Un lobo aúlla a la muerte, cada noche, siempre el mismo ritual; bajo los rayos de una luna plateada su lamento se pierde al mismo tiempo que todo se congela en las lúgubres noches.

El viento sopla, y se lleva el silbido silente, se escucha un estruendo distante poco percibido;  me delectaría esta noche interminable de su cuerpo, pero al aproximarme a su guarida ríos de lágrima corrían y un corazón doloroso latía.

Sola  en el bosque, con la luna mística sin estrellas que brillen;  la noche en mi sueño  se

volvía lágrimas caídas.

Usted me puede cubrir  en la niebla u oscurecer el amanecer, necesito saber que estás cerca de mí; para tranquilizarme cuando este perdida.

Usted es el viento del sur, reclamando las heladas del otoño; ahora te has convertido en mi bosque, en dulce sonidos musicales;

en mis sueños medievales…