Cada vez aparece el fin de semana
y con él es casi segura la llegada
de la tristeza que inalterable me espera
frente a la casa parada.
De lunes a viernes estás tú presente
en los mensajes y en las llamadas,
haciéndote no sentir ausente
cuando sale el sentimiento en replicadas.
Pero sábado y domingo no te tengo;
¡ni contar con esos días feriados!
Solitario a todas partes voy y vengo
pensando en ti y escribiendo un diario.
Advierto la salida de la musa
quien se olvida de mi verso despuntado,
nada tiene para inspirarme y siempre usa
ese lápiz bolo y desgastado.
Y es así como en cada fin de semana
el aroma de la nostalgia proviene
de una rosa que marchitada viene
metiéndose por la ventana.
Julio Medina
21 de mayo del 2014