Cuando llegaba fresca la alborada,
pensé en este poema sin nombrarte.
Y recorrí tus valles, sin tocarte...
Y te soñé en mis brazos, extasiada...
Sediento de pasión desenfrenada
pretendí con mis ansias alcanzarte,
me detuve en tus ojos y al mirarte,
de pronto me alcanzó la madrugada
Un destello de luz, en tu mirada,
puso freno a estas ansias por besarte,
por asirme a tu talle para amarte
ardiendo en una entrega desbordada...
Solo quise escribirte sin nombrarte
y se perdió mi letra entre la nada.
© Copyright - Edgardo Donato Díaz - 2014
\"Letras del Face\" Editorial Dunken
ISBN: 978-987-02-7231-1