Angst

DE HADAS Y ESPADAS (Cuarta Parte)

Y adentré hacia la cueva

Del temible dragón

Sin tener la intención

De ponerle una prueba,

Y la bestia longeva

Tenía un sueño profundo

Y un olor nauseabundo

En su oscuro escondite,

Preferí hacerle quite

Porque es ser iracundo

 

En puntitas yo entraba

A la cueva horrorosa,

Y esa cosa monstruosa

Estruendosa roncaba,

Cuando más me adentraba

De ese oscuro pasillo

Vi un pequeño colmillo

De un dragón más pequeño,

Que dormía en un sueño

De ronquido sencillo

 

Y en sigilo y cuidado

Busqué al hada atrapada

Pero no encontré nada

Y me hallaba apurado,

Me quedé allí parado

Y escuché un aleteo

Con un débil chasqueo,

Viendo al hada escarlata

Enredada en su pata

Mientras dio bisbiseo:

 

“Psss, valiente guerrero,

Soy la Reina Carlita,

Tengo rota un alita

Y su ayuda requiero,

Pues morir ya prefiero

Si no viene al rescate,

Yo le pido, me mate

Porque sufro bastante,

Este infame gigante

Tiene tonto dislate”

 

Y le dije: “ey, preciosa

Soy un hombre muy justo,

Aunque no hago con gusto

Esta acción peligrosa,

Hay razón poderosa

Del por qué estoy aquí,

No agradezcas a mí

Si regresas sonriente

Porque fue un accidente

El estar frente a ti”…

 

Entretanto en cautela

Liberaba el piecito

De ese ser tan bonito

Atrapado en espuela

De ese ruin centinela

De gigante patota,

Y esa fea carota

Expulso un estornudo

Liberando un engrudo

Que me untó gota a gota

 

Y ese esputo asqueroso

Fue una ayuda inmediata,

Pues cayó entre la pata

De ese ser tan monstruoso,

Y dejó resbaloso

El cuerpito del hada

Que jaló apresurada

Su figura chiquita,

Pero estaba cojita

Y bastante cansada

 

La tomé entre mi mano

Para huir del dragón,

Mas sufrí un resbalón

Y asusté a ese villano,

Yo corrí muy temprano

Intentando escapar

Sin tener que luchar

Porque aunque era chiquillo,

Sentí ser bocadillo

Que se habría de tragar

 

Retumbaban los pasos

Del pequeño dragón,

Y sentí el corazón

Estallando en pedazos,

Y dio fuertes zarpazos

Despertando al gigante

Que dormía distante

De su crío inmaduro,

Ya no estaba seguro

De ser buen atacante

 

El enorme echó fuego

De su boca caliente,

Yo corría ágilmente

Rebuscando sosiego,

Pero el monstruo era ciego

Y no vio a donde huimos,

Pues muy lejos corrimos

De su cueva olorosa,

Y con hada nerviosa

Hacia el bosque nos fuimos

 

Pronto fui a los jardines

De esas hadas hermosas,

Y saltaron dichosas

Entre flores jazmines,

Vaya intensos trajines

Los que estaba pasando

Mientras iba buscando

A la pobre princesa,

Pero en fe y fortaleza

Ya me estaba acercando

 

Y en jolgorio y colores

De la aldea chiquita,

Era el hada Carlita

Reina en medio de flores,

Y entre ruido y tambores

Me marché apresurado

Porque había tardado,

Mas gritó una princesa

Y exclamé con sorpresa:

¡Por fin hemos llegado!...