Somos un relato interminable,
una botella rota liberando su mensaje,
un papel amarillo en tinta
al que la brisa se atreve,
nos decimos hola,
nos escribimos,
nos buscamos en libros como
se abre un reflejo de amor
sin reflexionar,
como un silencio acurrucado de viento.
Nos citamos,
tú en esa lunaria voz que pende
de la torre más alta
del castillo de mis sueños,
yo en ese sol cuando llueve el cielo,
y yo envuelto en mariposas
y tú en mí,
como esa flor que se escurre
entre mis dedos.
Si el encuentro es en una enredadera
te propongo un muro,
una pared donde el amor
grafitee esa escasa línea
que nos separa en caricias,
tú con esa ternura que me hace arder,
yo con esa pasión que me baja como de un árbol,
y una cita donde mi piel se parezca a tu piel,
y un día cualquiera sin espacio en la espera.
Si coincidimos en ser
infieles a esta distancia,
me gustaría que las
ventanas nos atravesaran,
que la tregua de este imprevisto amor
como volando nos pasara,
y nos citemos como todos los poetas,
tú callando mis palabras y
yo como tus huellas.
Nos citamos,
deseo un crepúsculo
y nuestras manos unidas,
un poniente que nos arrugue el alma,
un amor de golpe que nos mire,
tú luciendo como esas aguas
que no se avergüenzan de verse,
como si tus gotas fuesen semillas,
yo con mis heridas,
con mi último recuerdo
y mi corazón en calma,
y que te pierdas en mí
sabiendo que todo es tuyo,
y yo cerrando mis ojos
y mi regazo en ti.
De convenir
nos citamos en la poesía,
y que tus hilos en mi única dirección,
¡escríbeme, sin saber por qué!
T de S
MRGC
Namaste