Quisiera decirte que yo soy la sombra
y tú eres la luz que alumbra mi existencia,
pero soy feliz cuando la noche llega
porque en ella encuentro alianza y entrega.
Te diré también que tu luz es mi esencia
y que bien me gusta sentir tu presencia
cuando estas tranquila, tenue, sosegada
no como la luz de un faro destellante.
Pues cuando se enciende un halo tan brillante
de aquella mi sombra que antes se ocultaba,
de aquella mi sombra que era deslizante,
de esa triste sombra ya no queda nada.