Te ofrezco mi vida convertida en una rosa,
para que la cuides con mucho amor,
y delicadeza. Creo que es la unica cosa
que te puedo dar sin darte mi corazon.
-ven aca y toca mi pecho.-
Siente sus petalos, siente su olor.
El aroma de su perfume que enloquece,
tal perfume hecho por Dios. Tal parece
cupido flechando con amor.
-entra en mi corazon, en ese espacio estrecho.-
Siente como el viento sopla...
siente, cuidala mucho, mucho.
Siente la rosa y al viento escucho
que cuides mi vida, que cuides la rosa.
-guarda mi vida, la rosa en tu pecho.-
Recuerdo aun las noches llenas de risas
que a diario soliamos hacerlo juntos.
Pero, hoy solo los recuerdos quedan,
y los llantos de lluvia en esta brisa.
-tanto que lloro, tal lluvia parece.-
Si miras a la rosa, tambien puedes ver
mi vida. No intentes reir, tampoco llorar.
Mi vida triste ha llorado por querer
tenerte viva aunque no te pueda recordar.
-los niños grandes no siempre crecen.-
Te ofrezco mi vida convertida en una rosa,
para que sepas cuanto te quiero.
Se que ya no me quieres pero aun asi espero
que la rosa ofrecida sea la mas bella prosa.
Ricardo Manzanarez (Nicaragüense)