Crece el miedo que escarba mis cimientos,
son raíces de rosas espinadas con pétalos sangrantes.
Y vuelven los demonios a cantarme a la ventana,
y a carcajadas los invito a emborracharnos.
Rompe el viento en mil pedazos esos cantos
que llegan inconclusos, y no encuentro el origen.
¿Seguirán danzando las brujas en el monte?
si este aquelarre ya ha terminado.
Y llegamos al entierro de nuestras almas,
llegamos con los cuerpos bien marcados.
Nuestros dedos son cuchillos…
¿Qué hemos hecho?
Lemos Maximiliano Daniel.
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