lilith blad dracul

poema VI

Admiro la voluntad de los “locos” que no tienen nada salvo su propia alma; en este mundo tan corrompido, se vuelve difícil hallar un poco de humanidad.

 

Perdemos lo que nos hace ser únicos, practicamos  disciplinas aprendidas de sistemas complejos de obediencia ciega y preferimos morir siendo prisioneros  de nuestros  propios  miedos, antes  de poner un pie fuera de nuestro muro.


Pero así somos, ensayo y error, incertidumbre y certeza, somos  todo lo que necesitamos  y ahí radica la diferencia.