Templar la voz
No es de Olimpo, poetas, el problema,
es de esta tierra, vieja y colorada,
es de este muerto, que en cada jornada
vuelve a vivir su sueño y su anatema.
Se llama amor, hombre se llama y quema,
detrás de una cintura inveterada,
detrás de un todo que resulta nada,
cual la ceniza que envolvió a la gema.
Y así no hay dioses de razón blasfema,
es todo humano el filo de esta espada
que no halla porvenir ni estratagema.
No es del cielo, cantor, la encrucijada,
es de templar la voz, que en el poema
conquiste el corazón de la asonada.
http://fuerteyfeliz.bligoo.cl/
28 05 14