El sol ha caído,
Triste agonía.
Triste agonía,
el sol ha caído.
Después del eclipse lloran las rosas.
No es igual este punto con otro,
Cantar es fácil cuando el gallo gris se oculta,
Un verso no es solo oración,
Una oración no es solo acción.
Modernismo, no.
Vanguardismo, no.
Malditismo, no.
Pero lo mismo es la N con la B,
Igual dan los tres como alfiler.
Así es como
Tiembla la copa débil de la vida
Viendo el vaso medio vacío
Como que aún no he dado nada;
Volviendo a mí la amante dócil,
Su hermosa figura en verso,
Su mirada en prosa.
A veces voy de duelo en duelo
Luchando con mi propia sombra
Saqueando mis propios huesos
Quemando mi pasado
Enterrando mi presente
Desenterrando mi futuro.
El primero verso sale,
Natural,
Hermosa cual quinceañera alegre,
Cual asustadizo fantasma.
Luna está ahí, saciada de vida y muerte
Sus nubes son mosqueteros rosales
Que celosamente la protegen
Evitando la ternura de don amador.
Sería suerte o quizás locura,
si aquel joven trovador
Pondría una Z a su A.
Cadáver tierno
Por ti viene el gran cuervo.
Vago y loco cupido
Trazaste una raya más al tigre blanco,
Que tu rostro ha escupido.
Por ustedes querubines y Moiras
El vino es vinagre
Siendo este el gran brebaje.
Killa, Tu corazón es un bello navío
Inerte en el silencio.
Muerte,
Tu crespón es más cálido del lado oscuro de la luna.
Sangre,
Vuelve al cuerpo, llena cada vena, cada arteria
Pues se ha fecundado Bragi.
Yo soy quien entrega la copa de bienvenida,
El último gran condenado,
Soy el nieto de Boddason y de Anubis,
El que tiene liras de oro, plata y cobre.
Sangre como tinta no falta
Mientras cae el gallo de misa
Va pateando el lugarteniente.
¡Ay madre,
Nació quien debía morir!