De los instrumentos de cuerda
eres tú el más bello,
majestuoso y elegante
soberano violonchelo.
Pero hoy veintisiete de abril
permanecerás callado, quieto
esperando paciente el abrazo febril
complemento de tu musical encanto.
¡Ya no se deslizarán por tus cuerdas
aquellas virtuosas manos,
ni te rozarán sutilmente
las cerdas de su arco!
¡Ya tus acordes quedarán dormidos
en el lento del adagio,
ni serás protagonista
de vítores y aplausos!
¡Ya tu caja armónica de resonancia
dejará de brillar en los teatros,
porque dentro de tu “alma”
algo se rompió en pedazos!
¡Ya no te llevará de la mano
como al niño más amado
aquel que a ti dedicó su vida
siendo por el mundo aclamado!
¡Y como tú la afición musical
llorará su ausencia, pero allá arriba
sonarán en su honor clarines de fiesta
por el Maestro y más grande humanista
Mistilav Rostropóvich, Violonchelista!
D.E.P.
Fina