Cuando te veo reflejada
en otra persona,
ahí es cuando me digo
que ya no hay remedio.
Un amor sin modales
que no pide permiso,
solo entra al corazón
y empieza a gobernar.
Entro a la demencia
cuando el viento sopla
y no escucho el aire
sino te escucho a ti.
No es que no haya remedio
ni que soy un demente
es que en el amor
se quiere sin precedentes.