¡Oh! hermosa juventud
de escasas primaveras
yo puedo recordarte
soñadora y muy tierna,
distante de la muerte,
creadora de mil sueños,
capaz de volar lejos,
sin fronteras, sin dueños.
Te extraño tanto amiga
que a veces creo tenerte
cuando busco jardines
para aliviar mi suerte,
y miro hacia adelante
buscando nuevas fuentes
y solo veo espacios
llenos de paz inerte
que esperan silenciosos
la hora de mi muerte.