En un día de total oscuridad, llegó un hermoso ángel y con sus blancas y largas alas, me llevó al cielo y me mostró el paraíso en todo su esplendor.
Desde ese día, cada noche aparece en mis sueños la silueta de aquel hermoso ángel y despierto con una sonrisa en mi rostro, imaginando que en algún momento regresará y que con un suave y dulce beso, la imagen del paraíso ya no será lo mismo.
¿Cómo hacer para olvidar ese momento? ¿Cómo dejar ir al ángel dueño y señor de mis sueños?
Vuelve; vuelve a mi lado; mi corazón clama por ti y te necesita aquí, para mirarte a los ojos y decir que sin ti no podría vivir.
Por favor no te marches, por favor dime que te quedarás hasta el día que deje de respirar.
¿Estarías a mi lado y olvidarías al gris y extraño mundo que nos rodea? ¿Serías capaz de mirarme a los ojos y dejarte llevar por un momento fugaz?
Sé que estás aquí contando tus segundos junto a mí.
Mi respiración tendría fin si algún día te veo partir, pues lo que me haces sentir es lo que le da sentido a mi existir.