No es fácil comenzar de nuevo,
despúes de amarte y no tenerte.
No es fácil olvidar el calor y las huellas
que han dejado un beso.
Ese beso, gracia que nos sella.
con un sello que no cierra.
No resulta fácil olvidar casi una vida.
Quiere gritar mi pecho,
quiero gritar y no puedo.
Cuántas veces entre lágrimas
con mis blancos días sueño.
No resulta fácil, si ya no estás
contemplar el transparente cielo,
donde brilla y tiembla un diamantino lucero.
Y en aquel riachuelo, que un día
nuestro lecho fuera.
El agua suspira al darle una gota un beso.
La tarde va callendo, silenciosa y sin estrellas.
Y la luna va inundando, con el llanto de su plata.
La penumbra que no quisimos,
iluminar con su lámpara.
Tristeza que no quisimos,
quitar del aire y del alma.