Observando voy por saber, andando la vida paso,
y mirando al cielo raso, buscando la luz divina,
preguntando a la vecina y a los dioses del parnaso,
todo aquel que me hace caso o lo que mi mente maquina.
Decid, ¿por qué la estulticia se antepone a la pericia,
no entiendo por qué la maldad mas vende que la bondad,
por qué tanto se cotizan la codicia y la malicia,
más morbo que una caricia les da a muchos la crueldad?
Hoy he subido hasta el altar a verle a mi pitonisa,
al Oráculo de Delfos. Y la he vuelto a preguntar
para calmar mis anhelos y a mi psique así aplacar,
¿quién principios ha invertido? ¿cual es la realidad?
Y cuando yo me puse a hablar y osé decir castidad
se puso a reir sin parar y fue así que murió de risa.