De camino a cassa
me topé con Alba
la de la falda corta
la de la risa larga.
Rozábanse sus piernas
tintineaban las pulseras
acaso me reclamaban
mi fantasía se acentuaba.
Al saludarme afectuosa
me avalancé a su boca
me apartó por mi osadía
-Amigo, no confundas.-