El Presidente
I
- ¡Buenos días mi presidente!,
¿Cómo ha pasado la noche?,
levántese y desayune…
¿Qué quiere que le prepare?
- ¡Ay, má!… pero, ¡que pesada!,
dejáme seguir durmiendo,
que anoche estuve de farra…
- No… mi príncipe, mi rey,
que está por venir su padre,
y sabe el lío que hace
si lo encuentra en la cama.
- ¿Qué hora es?... - Más de las once,
¿Qué vas a desayunar,
leche, pan con manteca?,
también tengo mermelada…
- ¡Ay, má!… pero, ¡que pesada!,
eso es para los bebés,
¡hacéme unas empanadas!
- Bueno… pero apuráte,
que quiero cambiar tus sábanas…
y, ¿por qué fue la fiesta anoche?
- Por Pedro, que se va a España…
II
- ¡Hola, mi amor, contáme
como te fue en el trabajo…
- Y… ya sabés… como siempre,
¡aburrido y pesado!,
pero servíme ya, que tengo hambre
y quiero comer caliente…
- Hoy hice lo que te gusta,
asado al horno con papas…
- ¿Y… por donde anda ese vago?...
- No hables así, que es tu hijo…
- Yo hablo como se me da la gana,
no estudia ni trabaja…
- Muy bien sabés que no hay nada…
- ¡Podría haber si buscara!,
pero tiene una mamáaa
que todo el día lo consiente,
y como si fuera poco:
¡le encubre hasta su vagancia!
- Eso es una mentira,
la tenés con el muchacho,
es muy joven todavía,
ya encaminará su vida…
- ¡Por favor, yo, a su edad,
ya te había embarazado,
teníamos una motito
y construíamos esta casa!
- No te vayas, terminá…
- ¡Se me cortó el apetito!
III
Han pasado ya seis horas
desde que le avisaron,
y camina en los pasillos
del hospital urbano,
se pregunta que hizo mal,
¡si apenas es un muchacho!,
¿por qué se demora Juan?,
¿será que se curará?
Seguramente alguno
lo instigó a delinquir,
porque él sería incapaz,
o a lo mejor lo drogaron,
¿de dónde sacó el arma?,
¿cómo fue que disparó
a un sereno de guardia?,
mil preguntas, su cabeza
trabájate que trabaja;
y su marido no viene,
se fue a la comisaría
a saber lo que pasaba,
y ella en el hospital,
meta rezar para que
le extraigan bien la bala,
a su nene presidente,
a su rey. Y su cabeza
recuerda de su marido
Juan, las palabras
que día a día le hablaba:
- “Va a terminar muy mal,
mirá con los vagos que anda,
que se levante temprano,
que vaya a recorrer las fábricas,
que lo mimas demasiado,
que ya le sale la barba,
que si es un presidente:
¡Un presidente trabaja!