Bajo una luna llena
dos amantes se encontraron
como lobos como hienas
como fieras se besaron.
Con el influjo de la luna
los cuerpos se doblegaron
en el tapiz de las dunas
con el calor de unos brazos.
La luna que contemplaba
todo lo que estaba pasando
ciertamente se preguntaba
si el amor se estaba anidando.
Y entre resuellos y risas
entre gemidos y espasmos
los amantes dieron salida
al deseo con orgasmos.
La noche quedó a oscuras
el secreto bien guardado
y los amantes sin luna
se fueron de a poco olvidando.
Que una noche de luna llena
el amor estuvo rondando.