(Platero y Yo)
A aquel que escribió Platero y tiene un nombre, Juan Ramón,
dedicar mis versos quiero por hacer que el mundo entero
toque suave y con tanto esmero a ese ser tan remolón
peludo, blando sin hueso y, añado yo, pinturero.
Platero, mas que un burrito que parece de algodón,
una metáfora es de la sensibilidad humana
plasmada con filigrana del inocente trotón
pletórico de alegría del que la bondad emana.
Y el yo, que con tanta destreza y habilidad relata
su luna de acero y plata que ha llegado al corazón
y brilla la imaginación del crisol que lo aquilata,
allí donde hasta la muerte va exudando poesía
y primando la armonía y ausente está la razón,
es la ternura y la emoción que orquestan su melodía.