Su alteza posa siempre suspendida
entre aros de lunática tristeza,
asciende poco a poco con firmeza,
parece muy segura y decidida.
La noche da su oscura bienvenida
y abraza como nadie tal belleza,
de plata y oro viste con nobleza
mostrando los colores enseguida.
Amiga de rapsodas y cantantes,
esposa de indigentes sin destino,
escolta de románticos amantes .
Alumbras muchas veces mi camino,
en otras tus reflejos son sedantes,
Así preciosa mía te defino.