Oscuro, soberbio y tenebroso,
macabro, insolente y bullicioso,
plagado de buenos enmascarados, y de fatuos altaneros,
que buscan su minuto de gloria, para sentirse escuchados.
Quizás espero de este mundo demasiado,
o quizás lo bueno de él aun no he apreciado;
pero si hay algo que puedo decir con certeza,
es que a menudo de este engaño caigo presa.
Presa de lo que pretenden verderme,
de lo que quieren hacer creerme;
que los problemas son reales,
que el mundo anda lejos de ser perfecto,
porque no existe nada en esta vida carente de defectos.
Guerras, pobreza, corrupción y demás,
cambiarlo quizás en nuestras manos está,
aunque haya mentalidades que jamás lograrán cambiar;
quisiera algún día poder decir:
\"vivo en mi pequeño mundo ideal\".