Peregrina

¡NO QUIERO!

 

 

No quiero oír murmurios,

no quiero oír lamentos,

no quiero perder el tiempo

escuchando los entuertos.

 

No quiero presenciar disputas,

no quiero escuchar gritos,

no quiero ocupar la mente

en bajezas ni en delitos.

 

No quiero hablar en vacío,

prefiero guardar silencio,

no quiero ser parte del hueco

que otros llevan muy adentro.

 

No quiero vivir en el mundo

que de suciedad se harta,

un mundo que dolorido

de día en día se mata.

 

No quiero ver la muerte

de pequeñas almas sencillas

que por azares de la vida

nacieron en sitios inertes.

 

No quiero saber de prejuicios

ni costumbres aberrantes,

escudándose en Dios o en Alá,

dando trato tan denigrante.

 

No quiero saber tradiciones

que para probar hombría,

sin reflexión, sin miramientos,

sin raciocinio asesinan la vida.

 

No quiero saber de engaños,

de sentimientos falsos

que trastocan la pureza

del amor con sus agravios.

 

Solo quiero saber del hombre

que ve el brillo a donde va,

que no se atora en su lascivia,

que lleva luz en el andar.

 

Solo quiero saber del hombre

que oye las notas del canto,

que se conmueve ante el llanto,

que no juzga a los demás.

 

Que escucha la tierra, el campo,

en medio de los vaivenes,

que constantemente le mueven

su interior transmutando.

 

Que atiende a la madre natura

quien le viene presagiando

un mundo de esperanza,

de reconciliación,

 de nuevo encanto .