josemiguel

Al abrir mis ojos

No más se abren mis ojos, se refleja tu figura,

Y la veo tan pura y pura, muy semejante a ti;

Que doy un brinco en la cama, y caigo pronto de pie,

Pero no porque me asuste, sino queriéndote ver.

 

He tratado de abrazarte, y entre mis brazos te esfumas,

Como el humo en la espesura, de una montaña con niebla;

Y si un fantasma tú fueras, mis ojos no te verían,

Y tampoco yo podría, ir a tu lado a abrazarte;

Pues para cosas que asustan yo soy un poco cobarde.

 

Pero tú a mí no me asustas, mucho menos me amedrentas,

Y bien sea personal o si quieres en fantasma;

Cuando ya yo esté en mi cama, puedes llegar cuando quieras,

Y despiértame si duermo para empezar la candela.

 

Que tan sólo te prometo que nunca, nunca te irás,

Y que a mi lado estarás, por el resto de la vida;

Porque eres la preferida, la que mi corazón espera,

Y ya no será figura, sino una mujer completa.

 

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José Miguel (chemiguel) Pérez Amézquita