Como el fulgor de una fugaz estrella
que atraviesa la bóveda nocturna,
así huyen mis recuerdos velozmente
de mi mente.
Como la enardecida llama de la hoguera
sucumbe bajo el llanto de la lluvia,
así expiran mis sueños juveniles
e infantiles.
Como la huella de mi pie en la orilla
que las olas al punto borrarán,
así será mi traza en la memoria
de la Historia.
Como un destello de un lejano faro
que súbito se evade en la negrura,
así se esfuma raudo mi camino
mortecino.
Como la exigua gota de rocío
que el primer sol del alba beberá,
así el destino sorberá mi vida
desvivida.
Como el rojo esplendor de la amapola
que al instante se agosta al arrancarla,
así se extinguirá con indolencia
mi existencia.
Veloz escapa el tiempo entre mis dedos.
Mas si en cada momento que he vivido
fluyó una chispa ardiente por mis venas
¡valió la pena!