Olivares

Tristesse

Te extrañaba tanto y te sigo extrañando,
el tiempo parece ausentarse cuando no sé de ti.

 

Aunque te vea, sigues estando tan lejos.
Huyes a tu cerrado mundo y me dejas,
como siempre, afuera y sin llaves.

 

Ah... bonita. Me has llenado de hielo, el alma.
He tenido que bañarla en Scotch y aún así
no consigo olvidarte.

 

Sé que tuve mi última oportunidad,

pero me la arrebataste al instante.

Esperaba darte lo último que me queda de alma.
Pero me has arrebatado todo.

 

Te vez feliz a su lado, al menos eso creen todos.
¿Te quedarás al lado del hombre que tanto aborrezco?
Pasará, tarde o temprano. Es mejor que yo ¿cierto?
Tal vez él, sí supo llegar al fondo de tu alma.
Tal vez él, sí ha logrado llenar de felicidad tus días.
No como yo, que sólo te he traído congojas.
No como yo, que sólo he traicionado tu calma.

 

En la inmensa oscuridad de mi vida,
fuiste el único rayo de luz que podía ver.
Ténue, pero sabía que existía la esperanza.
Ahora vuelvo a ver la oscuridad absoluta,
quizá es ahí a donde pertenezco.
Fue un vago sueño el pensar que podría ver la luz.
Tu luz.

 

¿A dónde puedo ir? dime a dónde escapar de tu imagen.
Quisiera esconderme y que nunca me encuentres,
Volar hacia un nuevo horizonte donde no existas,
Pero eso es imposible. Debo quedarme aquí,
en esta absurda realidad donde existes,
pero yo no existo para ti.