Viendo la vida que va brotando en mi jardín
me siento como un hada entre perfumes.
Paseando por mi jardín contemplo orgullosa
como crecen las flores con el riego del cariño,
alegre vuela el corazón, a ritmo de mariposa.
Miro en mi jardín y veo el amor florecido,
como se marchita el miedo, el odio y la ira.
En mi jardín bendecido no tiene lugar el llanto,
cuando más me adentro en él, más a salvo me siento
porque siempre hay sol que me da calor,
pájaros que me regalan su canto,
árboles que me abrazan con su sombra.
Miro en mi jardín interior y ahora siempre es primavera,
no hay ni rastro de hojas secas ni de vientos o tormentas.
En mi jardín florido todo es paz y armonía,
siempre haya risas y canciones que brotan del manantial profundo,
desde la alegría del amor,
desde el olvido y el perdón.