Mi abuela, la poeta,
murió analfabeta.
Hacía poesía
con hambre
y con soberbia.
Preso su marido,
vencida de una guerra
sabiéndose matada
decía ¡estic llesta!
Al paso los franquistas
rezaba sus blasfemias,
al paso de los pasos
lloraba su decencia,
al paso de los días
contaba sus miserias.
Creo que fue rica;
tengo de su herencia
rojas las mejillas
rojas las ideas,
y un traje de pasiones
de tela marinera..
Feliz un mes por año;
murió a los noventa
casada a los veinte
soltera a los cuarenta,
madre de un hijo
sombra de su nieta
que dice muy bajito
con algo de vergüenza:
“iaia, jo també......
estic llesta.”
“estic llesta”: estoy lista, preparada.
“iaia, jo també estic llesta”:abuela, yo también estoy lista, preparada.