Necesito de calma, serenidad, espera, fé, paciencia, sólo y simplemente de ti...
de tu risa, tus ojos, o tu rostro angelical,
terso y suave como el pétalo, que para ti recogí,
de un don soy dueño, que sin usar andaba tiempo,
que con cada persona es innato y sin pretextos,
ese que cuando sientes entra sin condición,
y sin dejar minuto en calma, agita el corazón,
ese que en mi vive, o que habita en mí activo,
tan normal como asiento que acomodo conmigo,
¡aquí!... aquí, si, aquí muy adentro, ahí donde te digo,
en esta mi alma, que recibe pronto manifiesto,
y de el hace que sea tan genuino como dueño;
por cuán y tanto debes saber aquesto yo te cuento,
hallo de repetir más sencillamente lo siento,
¡ya lo palpo, lo vislumbro, lo percibo!... sepas es:
!EL AMOR QUE TE PROFESO!.
SSM.
08-06-2014.