Dulce compañera mia,
loca inspiración, tierna poesía;
prisma de colores,mi fuente de alegrías.
Es tu sonrisa un caudal de ruiseñores,
son tus ojos el verde de los bosques;
mariposa esbelta de cadencioso volar,
siempre vienes, siempre vas;
vuelas alto, nada te detiene;
despliegas tus alas y te posas sobre mí.
Tú figura...un deleite a mi visión,
un veneno son tus besos
que fulminan mis esfuerzos
de caer en tentación.
Agua eres tú...pura y cristalina
capaz de saciar mi sed;
tu frescura apaga el fuego
que enciendes en mí ser.
Nos sobran las palabras
es la complicidad de las miradas;
derrochas tanto amor
por cada poro de tu cuerpo;
soy causa de muchas envidias
pero el más feliz del universo.
Son ya dos décadas
de habernos conocido,
algunos desvelos a cuestas
de remar contra del rio.
Pero nada ha cambiado
seguimos siendo los mismos;
un par de adolecentes con almas de niños;
que un día se enamoraron por asares del destino.
A mis padres yo les ame
pero como a ti jamás;
ellos abrieron mis alas
me enseñaron a volar,
pero yo entre tus brazos
aprendí que nada es imposible
que todo se puede lograr;
que nada tiene un límite
que yo si puedo soñar.
Autor: Mario Alberto Portillo López.
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Seudonimos: Mayin o Kalipso