Floto sonambulo en un estambre enegrecido,
que se agolpa en el interior vislumbrante de mi eco,
canto mesclas pictoricas en el aliento del otoño,
dando un poco de color a la madrugada,
el poeta es una vela tenue en la metiche oscuridad,
que juega, contrario a un niño,
con el cansancio y la melancolia
sueños desididos inpensables conquisto,
me alisto para salir de viaje, zapatos y corbata,
mejor dicho plantas y lengua, y a ondear junto a los sentidos,
hasta empalagarme de carruceles, cristales y amor.