He dejado abierto mi pecho
para alguna luciérnaga,
que se encienda de noche
y se vaya de día.
Pero se fueron a una ciudad
en vez de ir a un bosque.
¿puedo ser acaso un bosque
aunque naufrage en mi lago dos o tres quimeras
y me vista de otoño el cuerpo?
Mi corazón es un infante
todo de verde,
aunque el verde sea sólo
una ilusión en ascuas.
Este es mi pecho
un bosque sin luz.