I
Un instante del silencio puedo escuchar;
un infinito, en cualquier momento puedo
encontrar su final; lo imposible puedo yo
realizar; lo inédito no existe, para mí todo
es real; pues lo que anhelo en mis brazos
han alcanzado el lejano peldaño final.
Lo ilógico pierde y se disfraza de lo razonable;
todo lo que existe y que sean parte de mis
sueños, lo podría con mis ansias conquistar;
hoy me nace el miedo, ya que cuanto quise
entre mis manos yo sí que lo pude estrujar;
hoy que quiero que seas parte de mis sueños,
tu querer no me puede corresponder igual;
y en los momentos en que al escalar te puedo
alcanzar, son tan ínfimos instantes que es mi
deseo, se multipliquen por el factor infinidad.
Y en los momentos de melancolía y soledad;
yo te pienso y aunque no seas parte de mis
sueños, sí que eres gran parte de mi realidad;
yo te siento y aunque no seas parte del corazón,
él que no razona te está guardando un lugar;
te estoy pensando, te estoy sintiendo, te estoy
amando y sé que no es tu culpa que no me
puedas corresponder igual, sin embargo amor,
amor como el mío y aunque conozcas más
grandes, como el mío no lo podrás encontrar.
II
Cuando estoy cerca de ti, cuando te siento en
el pecho, yo me vuelvo bueno a pesar de todo
el daño y el mal que en mis días habré hecho;
cuando estoy lejos de ti, siento que te quiero
con el furor de los amantes que entregan todo
y que no pueden existir sin su par solemne;
y te añoro y me quiebro, y ya hablar ni puedo,
mujer es la incertidumbre lo que me aqueja,
lidiar con la conocida y acostumbrada soledad
o vivir con la eterna soledad de tu presencia.
Y quiero pensar solo en ti en cada instante;
Y quiero escribir lo mucho que te anhelo día a
día, que te quiero aunque aún no seas mía,
que no puedo existir si no vives en el alma mía,
solo puedo existir si te decides a ser mi guía,
sin poder morir aun sin agua en esta vida.
Y es que cuando te conocí causaste en mi gran
impresión; despertaste sentimientos que desconocía;
reviviste pasiones e ilusiones que yacían bajo tierra;
forjaste a tiempo lo que le da de comer al alma,
sentimientos buenos que alimentan también al
corazón; te conocí y en los sentimientos hubo
sublevación, ya que cambias mi enojo en melancolía,
mi melancolía en alegría, mi alegría en éxtasis de
algarabía; te conocí y le diste rumbo a mi vida, tú
que con su palabra puede acabar con la tormenta
en el mar, y limpia el cielo para que mis anhelos
puedan navegar en paz y lleguen así a su meta ideal.
III
Y lo incomprensible de todas las cosas de mi vida,
es que a tu lado todo se vuelve comprensible;
y lo inimaginable de lo acostumbrado se muere al
ver que cuando estoy contigo sucede lo increíble;
y lo desconocido en este nuevo alba es que te
siento como si toda una vida te hubiera conocido.
Contigo puedo soñar despierto más que dormido;
puedo mirar hacia a la tierra porque estoy en el cielo;
puedo caminar descalzo sobre senderos de fuego,
y es que tu calor quema más que cualquier fuego
intenso; puedo sumergirme en los mares bajo cero,
y ni siquiera ello apaga tu fuego que llevo adentro.
Y que me pasa cuando te veo, tiemblo por algo
que no da miedo, y quedarme en silencio muchas
veces prefiero, y es que lo que llevo dentro son más
que lindas palabras, son más que puros sentimientos,
es lo que los hombres buscan cada noche sobre su
lecho, amor del bueno que le hace grande al pecho.
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Y si hubiera sabido que un solo día he de amarte,
te hubiera besado más de lo debido, sin descansos,
sin respiros, sin decir te quiero, sin decir que eres
la mujer excelente que todo hombre hubiera querido,
sin decirte que contigo vivo lo que al alma se le ha
reprimido, el besar a quien realmente ama en tan
poco tiempo aunque tu amor no me lo hayas creído.