Admitirse humano al momento de caer,
de sacarse la capa y dejarse vencer,
el cuerpo no es inmanente,
las pasiones te pueden corroer,
tu lógica se presta a errores,
que con tu elocuencia no logras resolver,
tu mente de mentiras es posible llenar,
también puedes brindar tu confianza y errar,
tienes capacidad del odio acariciar,
obligarte a en pro del bien obrar en pro mal,
es entonces cuando llega el momento,
te sacas la chaqueta, te sacas el sombrero,
escondes resquemores y con todo tu arrojo:
-¡SOY HUMANO!- se cierran los telones.