NormanAlexanderAgnar

COMPARTIENDO

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Instantes después
de voltear la hoja
del minúsculo libro

para ver qué mas seguía
gotas de lágrimas aterrizaron
sobre las negras letras

Acudiendo a su bolso
extrajo un paquete
de pañuelos perfumados
para enjugar su alma derretida
saliendo por ojos y nariz

El desconocido compañero de viaje
al frente suyo
que curioso y ávido la observaba
allegándose a su lado
la interrogó por su tristeza

Muy querida ella
le compartió el doloroso poema
al inquieto solidario

… Minutos después
se necesitaron más pañuelos:
Eran dos los que lloraban
Norman Alexander Agnär
(26082007)