Por qué te imagino, a solas,
acompañando la sombra
de un alma, que está lejos
y en su soledad, te nombra.
Por qué yo sigo tus huellas
en la arena de la playa,
queriendo llegar tan lejos,
a donde mis pasos me lleven,
para encontrarme contigo
y que nos acaricie el alba.
¡Y, es que te quiero tanto!
y mis brazos no me alcanzan
para abrazar fronteras,
que me lleven a tu aldea.
¡Y, es que te quiero tanto!
y mis brazos no me alcanzan,
para coger las estrellas
del éter, una a una,
hacerte una barcarola
que brille como la luna,
para poder ir a tu encuentro
por los mares de tu ausencia.
¡Y, es que te quiero tanto!
que en mi amanecer te veo
y cuando el sol besa mi frente,
yo quisiera tenerte...
y me atormenta la angustia
por no poder tenerte.
¡Y, es que te quiero tanto!
que en cada melodía,
en cada verso que escribo
tú siempre estarás presente.
¡Y, es que te quiero tanto!
que me invade el sentimiento,
cuando yo escucho las notas
de las dulces melodías
y es que en cada canción,
te recuerdo y no te olvido.
¡Y, es que te quiero tanto!
que cuando menciono tu nombre,
mis suspiros te evocan
envueltos en mis deseos
y en el lugar que estuvieres,
te acaricien mis ansias locas.
¡Y es que te quiero tanto!
que aunque estemos tan lejos,
tu dulce amor me provoca.
¡Y, es que te quiero tanto…
que quererte más no puedo!
y al susurrar tu nombre
queda impregnada tu esencia,
en el cáliz de mi boca.
Felina
¡Y, ES QUE TE QUIERO TANTO!